Diciembre 2009 / NÚMERO 34

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Concurso

Noa Gálvez Ibarra y Alejandro Toro son los lectores ganadores de nuestro concurso de este mes. Pueden retirar su premio en nuestras oficinas  en Erasmo escala 1872, tercer piso. Estos son sus testimonios relacionados con Navidad.

Carta 1

Volver a nacer en Navidad

En septiembre de 1993, mi hijo Cristián tuvo un grave y casi fatal accidente en moto. Estuvo en coma veinte días, con un tec cerrado que le dejó secuelas, además, agravado por una serie de complicaciones propias de un accidentado. La oración entonces fue nuestro alimento. Tratábamos de transmitirle a través de ella la fuerza para que siguiera luchando. Tenía hermosos 20 años. La Navidad siempre ha sido muy significativa en nuestra familia y la de ese año tuvo un mayor significado, porque Cristián, en su larga rehabilitación, se propuso a caminar para esa fecha y lo logró. Esa Nochebuena fue especial, tomados  de la mano, alrededor de la mesa familiar,  hijos, nietos, hermanos y sobrinos, rezamos con mucho recogimiento y emoción el Padrenuestro en agradecimiento al milagro de su recuperación.

Nora Gálvez         


Carta 2

El Señor no nos abandona

Estuve más de 1 año sin trabajo y con 2 hijos pequeños. Era el mes de diciembre. En mi desesperación salí a pintar, hacer cualquier trabajo para llevar algo a mi casa. Los días se me hacían eternos y sólo le pedía a Dios que no me faltaran los “pololos”, y que pronto se me abrieran las puertas de algún trabajo. El 23 me encontraba en casa, de pronto llega un amigo del pasaje y me dice: “Amigo mío, esto es para usted y su familia”. Él me regalaba su caja navideña que le habían dado en su empresa. Le di un abrazo y le di gracias a Dios por la bendición. Ese mismo día, siendo las siete de la tarde llega hasta mi casa un matrimonio amigo,  nos saludan y nos dicen: “Amigo, esto es para usted y su familia”. Nos traían una cena navideña: ensaladas, carne, bebidas, postre, Pan de Pascua, etc. Nosotros con mi señora dimos gracias a Dios por toda esa bendición, ya que como familia siempre hemos sido muy cariñosos con nuestros amigos, y en ese momento vimos reflejado el amor de Dios, que siempre nos está acompañando. Somos nosotros los que muchas veces nos alejamos de Él, siendo que Él siempre estará a nuestro lado. Fue una cena maravillosa y llena de bendiciones. Quise compartir con ustedes esta historia, que cada vez que la recuerdo lo hago con mucha emoción. Gracias.

Alejandro Toro